El águila imperial 'escapa' de la trampa mortal de los tendidos eléctricos
Si hace 20 años a muchos conservacionistas les hubieran dicho que las compañías eléctricas iban a tener un papel protagonista en la recuperación del águila imperial no lo hubieran creído. Esta especie ('Aquila adalberti') es el ave rapaz más amenazada de Europa. Su área de distribución sólo abarca algunas regiones de la Península Ibérica y el 99% de los ejemplares habita en territorio español. En 1995 apenas había 100 parejas y la situación hacía a los expertos temer su extinción. En la actualidad, ese número se ha triplicado y su población total ronda las 300 parejas, distribuidas por Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía y Castilla y León.
Hace años, ante la desesperada situación, los científicos detectaron con acierto las grandes amenzas que estaban empujando a la especie hacia la extinción: la electrocución en tendidos eléctricos (afectando principalmente a las hembras), el uso de venenos en el campo para controlar depredadores y el declive de las poblaciones de conejo afectadas por enfermedades de tipo vírico.
Y entonces llegó el momento de explicar la situación a las eléctricas y de hacerles partícipes de la solución. "Este trabajo comenzó hace 25 años, y en muchos casos hubo que explicar a los responsables cuál era el efecto de los tendidos sobre la aves porque no eran conscientes de los daños que causaban en las poblaciones", ha explicado Miguel Ferrer, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y presidente de la fundación Migres. "Cuando fueron conscientes se volcaron en la búsqueda de soluciones", dice.
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