Un antídoto para el exceso de sueño
¿Duerme más de diez horas diarias y aún tiene sueño? Probablemente sufra una condición llamada hipersomnio, es decir necesita dormir muchas más horas sin un motivo aparente. Este trastorno del sueño es diferente a la narcolepsia o la apnea. Los afectados no pierden el control y se quedan dormidos súbitamente, tan solo necesitan dormir más de 70 horas a la semana. El origen de este trastorno no está claro, pero desde la Universidad de Emory de Estados Unidos se asegura que la clave podría estar en el líquido cefalorraquídeo. Aseguran que este fluido tiene un compuesto que actúa realmente como si fuera un somnífero, según detallan en la revista científica «Science Translational Medicine».
«Estas personas dicen que se sienten como si estuvieran caminando en una neblina, no consiguen estar mentalmente despiertos», explica el autor principal David Centeno, profesor de neurología de la Emory University School of Medicine y director de investigación de Emory Healthcare Programa. En los casos más graves, se sienten como si estuvieran sedados para una prueba médica, como la colonoscopia. «Este es un nivel de alteración de la conciencia muy grave, con el conviven a diario muchos pacientes».
La mayoría de los pacientes que tienen exceso de somnolencia sufren una alteración en los sistemas de vigilia del cerebro y necesitan un tratamiento con fármacos estimulantes. En este caso, Centeno compara el problema como tratar de conducir con el freno de mano echado. «Debemos liberar el freno, en lugar de seguir acelerando», explica.
Los investigadores probaron un nuevo tratamiento con siete pacientes que no conseguían sentirse despiertos pese al uso de estimulantes. En su lugar, recurrieron a un fármaco llamado Flumazenil que se utiliza para tratar sobredosis de sedantes como el valium y otras benzodiacepinas. Y funcionó. El fármaco contrarrestó el efecto del somnífero natural, casi como si tratara una intoxicación por sedantes. Se restauró el estado de alerta de los afectados, aunque los resultados en un estudio tan pequeño no bastan para trasladarse al resto de los afectados. Ahora se necesitan investigaciones adicionales para determinar si los resultados pueden aplicarse a la mayoría de los pacientes.