Seis horas de sueño bastan
Al 90% de la población el cuerpo le pide un mínimo de siete u ocho horas para descansar lo suficiente. Pero, de la misma forma que hay un 5% que necesita más, hay otro 5%, a quienes les basta con dormir habitualmente tan solo cinco o seis horas para mantenerse activos a lo largo de la jornada sin que se les escape un mal bostezo o muestren señales de somnolencia durante su actividad diaria.
Lo que en el resto de la población se traduciría con el paso del tiempo en alteraciones metabólicas y problemas cognitivos y emocionales, dormir poco no les pasa ninguna factura a estas personas. Simplemente, no necesitan permanecer más horas entre las sábanas. Lo normal de quien llega a los 90 años de vida es que, de este tiempo, haya estado 30 años durmiendo. En el caso de los dormidores cortos en 90 años de vida habrán dormido una media de 22,5 años. Es decir, habrán vivido despiertos 7,5 años más.
Este grupo de personas está recabando cada vez una mayor atención por parte de la comunidad científica, que trata de encontrar las razones que expliquen por qué hay gente que durmiendo dos horas menos que la media rinde exactamente igual que el resto. Distintos trabajos relacionan la necesidad de dormir poco con variaciones en la secuencia de algunos genes, lo que quiere decir que existiría una predisposición genética a manifestar este comportamiento.
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