domingo, 14 de octubre de 2012



Nobel de Química al estudio de los sensores moleculares de las células



El premio Nobel de Química reconoce este año los descubrimientos fundamentales de dos estadounidenses, Robert Lefkowitz y Brian Kobilka, sobre una familia importantísima de esos sensores celulares  llamados receptores acoplados a proteínas G. Tan esenciales son que a través de ellos actúa la mitad de los fármacos que existen. Lefkowitz (Instituto Médico Howard Hughes) y Kobilka (Universidad de Stanford) comparten este año el máximo galardón en Química y los 925.000 euros del premio.
Usted ha salido tarde del trabajo, es de noche y camina por una calle oscura. De repente oye unos pasos que se le acercan rápidamente, ve una silueta... y corre hacia su casa; cuando llega está temblando de arriba abajo, nota el corazón acelerado y le falta aire , el Comité Nobel utilizó ayer esta situación que cualquiera puede experimentar para explicar hasta qué punto son esenciales los receptores celulares, a los que Lefkowitz  y Kobilka  han dedicado sus carreras. Al ver la silueta sospechosa que se acerca, unas señales nerviosas del cerebro envían la primera alarma al organismo; la glándula pituitaria introduce hormonas en el sistema sanguíneo que activan las glándulas adrenales que empieza a bombear otras hormonas que envían una segunda señal. Así se va poniendo en alerta y reacción todo el cuerpo, al reaccionar las células de los músculos, del corazón, del hígado, de los pulmones, de los vasos sanguíneos... la sangre se inunda de azúcar y grasas, los bronquios se expanden y el corazón late más deprisa para que los músculos reciban más oxígeno y energía y así se pueda  correr. Es fundamental que todas las células funcionen al mismo tiempo y, para ello, tienen los estímulos externos a través de señales que captan precisamente por los receptores que tienen en la pared celular y que envían la señal debida  al interior.


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