Las nevadas matan hasta un 30% de los ciervos y corzos del Pirineo de Lleida

El oro blanco que tanto desea el sector turístico del Pirineo ha
caído este año en abundancia, con grosores de hasta seis metros en
algunas zonas y una precipitación total que sido de más del doble de lo
habitual en casi toda la cordillera. Pero la satisfacción de hoteleros y
esquiadores se ha convertido en tragedia para los cérvidos —ciervos,
corzos y gamos— que habitan en las zonas altas —por encima de los 1.000
metros— del Pirineo de Lleida: Pallars Sobirà, Vall d´Aran, Alt Urgell,
Alta Ribagorça y la Cerdaña. Los animales han fallecido por la falta de
hierba, por el intenso frío y, en ocasiones, atrapados en las profundas
capas de nieve polvo de las que no han logrado salir.
“En zonas que no llegaba a los 1.000 metros en un día podían caer más
de 60 centímetros de nieve nueva”, explica el director de los Agentes
Rurales de Lleida Llorenç Ricou. “El manto que se crea cuando nieva con
intensidad en un periodo corto de tiempo es blando porque no está
helado, y los animales se quedaban atrapados”, añade. A falta del
recuento oficial que se hará en mayo, los Agentes Rurales calculan que
durante este invierno han muerto entre el 25% y el 30% de cérvidos, la
mayor mortalidad de animales por la nieve de las últimas 3 décadas.
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