sábado, 13 de abril de 2013


La guerra darwiniana del sida

Darwin no pudo llegar a saber lo mucho que sus ideas iban a iluminar una materia para la que no habían sido concebidas: la inmunología. Lo que ocurre dentro del cuerpo tras la infección con un virus como el VIH no es muy diferente, en realidad, de las guerras evolutivas que conducen tanto a los depredadores como a las presas a correr cada vez más para que todo siga igual. Idealmente, igual que antes de la infección. La vanguardia de la investigación sobre la vacuna del sida está explorando a fondo esos jardines darwinianos de senderos que se bifurcan dentro del cuerpo.
Los inmunólogos saben que una pequeña fracción de pacientes con VIH desarrolla anticuerpos neutralizantes de amplio espectro contra el virus. Se llaman neutralizantes porque son capaces de bloquear (neutralizar) al virus en ensayos de laboratorio con células humanas; y son de amplio espectro porque neutralizan también a otros virus del sida distintos del que indujo su producción en el cuerpo del paciente. Son, por tanto, un tipo de anticuerpo muy interesante para explorar su aplicación clínica.
Científicos de las universidades de Duke y Rockefeller han analizado a uno de las raras personas que desarrollan esos anticuerpos neutralizantes, un paciente africano detectado en los primerísimos momentos tras la infección. Los científicos se han concentrado en averiguar cómo coevolucionan el virus VIH y los anticuerpos que el paciente desarrolla contra él.

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